¡¡Buenos días!! Volvemos a la rutina y empezamos con el primer Sopa de sobre del año.

¿Qué tal habéis pasado las navidades? ¿Y qué tal los reyes?

Los míos se han portado estupendamente. Y como lo único que me gusta de la navidad son los regalos y las lucecitas,  me pongo en modo nostálgico en estos días y me acuerdo de todos aquellos regalos preciosos que tuve cuando era pequeña. Podría decir incluso que más pequeña todavía, ya que apenas mido 1,60 metros...

¡Aquí comienza mi repaso!

1. La muñeca patinadora: pues esta super muñeca era un as del equilibrio. Allá iba, pasillo arriba pasillo abajo, desafiando a la ley de la gravedad. La mayoría de las veces lo conseguía; otras, se quedaba panza arriba pataleando y tenías que ayudarla a levantarse.

2. El barco pirata de Lego: yo siempre he sido muy fan de los Lego. De hecho, aún los conservo. Tengo una granja, una cafetería, el barco, coches, naves espaciales, una grúa... Me acuerdo perfectamente del año en el que me lo regalaron. A mi primo le trajeron el barco de los "buenos", pero creo que nunca llegamos a tener una batalla naval.

3. El Cucopatas: era el muñeco que velaba mis sueños a los pies de mi cama. El mío era rosa y era tan bonito... Aún guardo el cordoncito que llevaba al cuello.





5. BH plegable: mi primera y última bici. Era plegable, azul metalizada, con una pegatina de un arcoiris, un timbre plateado y la tenía aparcada en el pasillo. Cuando quería bajar a la calle a montar, tenía que bajar dos pisos con ella en brazos... Era toda una aventura pero merecía la pena. Aún me acuerdo de cuando mi padre me enseñó a montar sin las ruedecitas pequeñas...






6. El carrito de las Barriguitas: las Barriguitas, esas muñecas adorables y regorditas (antes de que las jodieran la cara y las pusieran pintas de muñecas de la calle Montera). Yo tenía una, con un pelo rubio muy largo al que le pegué un tijeretazo de padre y muy señor mío. Y el carrito... era tan mono...

7. Carricoche para muñecos: ahí paseaba yo a mi Nenuco y jugaba a que visitaba a la vecina para pedirle algo de sal. La vecina resultaba ser mi madre, que estaba en la cocina haciendo la comida. Yo iba, la saludaba y la daba conversación mientras acunaba al Nenuco. Y aquí terminó la etapa en la que yo tenía instinto maternal.





8. El reloj de las Polly Pocket: Me acuerdo de la noche de reyes en la que al levantarme para dejar mis regalos bajo el árbol, en el silencio que había, sólo se escuchaba el tic tac del reloj. Era una pasada, porque la parte de arriba se abre y es una casita para las mini muñecas. Y es que madre no hay más que una.... ¡siempre acierta!

9. El Plantanova: mi primer jardín - huerto. Me llegaron a crecer unas zanahorias minúsculas monísimas y me encantaba salir a la terraza, regarlas y ver cómo crecían día a día.

10. Las plastidecor: A mí me compraron las de 24 colores. Los mejores eran el "color oro", el "color carne"... y además eran los más codiciados en el cole. Es más, si tenías estos colores eras muy molón.  He de puntualizar que, en realidad, el "color carne" era como el color del petit suise de macedonia de Yoplait, mi super favorito.



¿Y a vosotros qué os regalaron de pequeños?